Desde sus inicios los coches han diversificado sus formas hasta configurar un variado y amplio número de formatos de carrocería, pero podríamos clasificarlos por diferentes parámetros como:
El tamaño: un vehículo puede clasificarse como utilitario, compacto o grande.
Las puertas: Se dividen en 2 y 4 puertas, y 3 y 5. La diferencia entre ambos conjuntos que el maletero esté formado por un portón con la luna trasera integrada, lo que hace que cuente como una más.
Los volúmenes: El diseño general del coche afecta a su división interna y además a su clasificación. Si su silueta está formada por una línea ininterrumpida se considera monovolumen. Si cuenta con compartimento motor y, por otra parte, habitáculo con maletero integrado es un dos volúmenes; si están separados motor, habitáculo y maletero es un tres volúmenes.
Berlinas: También conocidos como sedanes, son vehículos habitualmente más largos que se caracterizan por tener tres volúmenes, lo que afecta a su diseño.
Compactos: También denominados ‘hatchback’, son modelos de dos volúmenes que en la mayoría de los casos cuentan con un portón trasero.
Cupés: Se caracterizan por tener dos puertas y un diseño más bajo, de corte aerodinámico y por norma general, son las variantes más deportivas del modelo en cuestión.
Rancheras: También denominados ‘station wagon’ o familiares, parten de una berlina pero alargan la línea del techo hasta crear un maletero con mucha mayor capacidad.
Limusinas: También tienes su origen en una berlina, pero se caracterizan por alargar su chasis, lo que suele aumentar el confort y el espacio para los ocupantes de las plazas traseras.
Monovolúmenes: Vehículos que priorizan el espacio interior y que se centran en la practicidad y en ofrecer un maletero capaz.
Todoterrenos: capacidad para afrontar terrenos difíciles, también su diseño tiene elementos comunes, como una imagen más ruda y una mayor altura libre al suelo.
SUV: Derivan del concepto del todoterreno, pero sin su capacidad ‘off-road’. Se caracterizan por separarse algo más de lo normal del suelo, por sus protecciones de plástico inferiores y por la habitual presencia de barras en el techo.
Pick-up: Vehículos grandes que se caracterizan por contar con una cabina (simple o doble) y con una caja de carga en la parte trasera.
Descapotable: Modelos que pueden quitar su techo a voluntad del conductor, aunque hoy en día se emplea para los coches con una capota de lona que se recoge en la parte trasera. Es prácticamente un submundo, con muchas categorías internas.
Cupé cabrio: Modelos que tiene techo duro que puede descapotarse gracias a un sistema de accionamiento electromecánico.
Roadster: Son descapotables que se diferencian del resto por su tamaño (son pequeños) y porque además tienen solo dos plazas (conductor y copiloto).
Targa: En este caso, solo se descapota la parte del techo situada entre parabrisas y la parte trasera de los asientos, por lo que conservan su silueta casi intacta. El techo suele estar formado por paneles rígidos que se desmontan a mano.
Landaulet: Se trata de una carrocería descapotable solo en las plazas traseras, dejando las delanteras con techo fijo permanente.
Barchetta: El descapotable más radical de todos cuanto se fabrican, y por la misma razón el menos habitual de las carreteras: reduce el tamaño del parabrisas, no hay ventanillas y es necesario emplear casco o como mínimo gafas para conducirlo.
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Fuente: motor.elpais.com
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