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No realizar el mantenimiento: Cambiar el aceite, los filtros o los líquidos con regularidad te ayudará a evitar averías

Usar neumáticos gastados: si tus neumáticos están demasiado desgastados, demasiado hinchados o desinflados te juegas más de una avería mientras pones en peligro tu seguridad y la de los que te rodean. Llevar presiones adecuadas hará que se desgasten menos, que consumas menos gasolina y que, por tanto, ahorres dinero.

Conducir a golpe de acelerón: conducir dando acelerones o con el motor muy alto de revoluciones consume más combustible y, a la larga, hará que motor, transmisión y frenos se deterioren más rápido de lo normal.

Conducir a bajas revoluciones: aún peor que conducir a altas revoluciones, pues hará trabajar al motor sin vueltas suficientes para llegar a su par máximo, causando problemas en el cigüeñal, las bielas, los cojinetes. Para colmo de males, en los diésel modernos limita la eliminación de partículas del catalizador y del filtro correspondiente, acumulando además carbonilla que impedirá a la mecánica ‘respirar’ adecuadamente.

Ir en reserva: en los automóviles con inyección electrónica la bomba de combustible está sumergida en el tanque. Hay que mantener el nivel de carburante para garantizar la lubricación y el enfriamiento de ésta.

Abusar de los frenos: pisar el pedal del freno de forma prolongada en bajadas acelera el desgaste de pastillas y discos, provoca deformaciones en los últimos y provoca vibraciones sobre el volante. Compensa mejor utilizando relaciones de cambio o marchas cortas (freno motor).

Abusar del embrague: pisar el embrague a coche parado produce fricciones internas que afectan al disco y a todas las piezas asociadas, provocando un desgaste prematuro. Y otro tanto en el caso de aquellos que circulan con el pie parcialmente apoyado sobre el pedal de este mecanismo.

Arrancar en frío acelerando: el motor requiere algunos segundos para que el aceite, alojado en el cárter, llegue al circuito y alcance la temperatura adecuada. Lo ideal es esperar un minuto antes de comenzar a circular e ir acelerando de manera progresiva, para evitar desgastes y agarrotamientos de órganos mecánicos. Evita superar 2.500 rpm durante los primeros minutos de marcha.

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¿Tienen los neumáticos fecha de caducidad? La respuesta depende de a quién se lo preguntes. Si le formulas la cuestión a la sabiduría popular te dirá que sí; si se la planteas a un experto, la réplica será un rotundo no.

Existe la creencia de que los neumáticos tienen fecha de caducidad y que esta se fija 10 años después de su fabricación o pasado un lustro de su montaje. En base a esta leyenda urbana, es habitual ver a conductores buscando en las estanterías de las tiendas especializadas los neumáticos con fecha de fabricación más reciente (viene reflejada en el flanco) y desechando los que se fabricaron más tarde sin saber que, en realidad, ambos son igual de efectivos.

Tampoco es cierto que las gomas se deban sustituir por otras nuevas pasados cinco años desde su montaje. La vida útil de un neumático depende del uso y los hábitos de conducción. Una cubierta no se gasta si no rueda, por mucho tiempo que pase; aunque bien es cierto es que tras un período largo de inactividad es recomendable confirmar que está en buen estado, sobre todo verificando que lleva la presión correcta.

La Asociación Nacional de Distribuidores e Importadores de Neumáticos (Adine) señala que, actualmente, “no existe ninguna normativa europea ni de ámbito nacional donde se regule la caducidad de los neumáticos, ni se imponga u obligue a su cambio o sustitución cuando estos cumplan una fecha determinada”; no obstante  Adine recuerdan que: Después de 5 años de utilización de un neumático, es decir, desde la fecha en que han sido montados, deben ser examinados por un especialista o un profesional cualificado del neumático, por lo menos una vez al año. Por precaución, a los 10 años desde la fecha de fabricación, se recomienda la sustitución por unos neumáticos nuevos siempre y cuando hayan estado en funcionamiento y aunque el nivel de desgaste no haya llegado al límite mínimo legal permitido (1,6 mm que establece la ley o los 3 mm recomendados).

Los neumáticos no tienen fecha de caducidad pero sus propiedades pueden verse deterioradas con el paso del tiempo. Se recomienda cambiarlos cuando alcanzan una antigüedad de 10 años desde su fecha de fabricación, aunque Continental recomienda la revisión por un profesional a los 5 años. Si quieres saber más sobre las señales más comunes que indican un próximo cambio de neumático, puedes leer el post anterior.

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cambio de neumáticos

Javier Camacho Miranda

Hay diferentes advertencias relacionadas con el manejo que podemos identificar en cualquier desplazamiento en nuestro vehículo a las que debemos estar muy atentos, y en el presente artículo nos centraremos en las que están relacionadas a las llantas, con especial énfasis en las que exigen una próxima sustitución de las mismas para evitar cualquier inconveniente adicional.

El cambio de neumáticos es una actividad que todos los conductores deben asumir tarde o temprano, y lo mejor es hacerlo de forma planificada, aprovechando herramientas online que permitan comparar diferentes modelos de ruedas de calidad antes de tomar cualquier decisión, tal y como se hace en neumáticos.es, y no apresuradamente luego de un pinchazo que haya sido causado más por la imprudencia o el descuido que por la mala fortuna en general.

Principales advertencias al alcance de la vista

Hay diferentes puntos completamente visuales que debemos vigilar con regularidad en las ruedas del coche o camioneta para verificar que éstas no estén evidenciando la exigencia de un próximo cambio.

Desde el monitoreo constante de las barras indicadoras de uso, pasando por la verificación que la barra de rodadura nunca supere los 1,6 milímetros de profundidad (también conocida como “prueba del dibujo”), y hasta llegar a identificar cualquier peligrosa grieta en las paredes laterales o protuberancia irregular alrededor de las llantas, todos estos son factores que pueden indicar un cambio de neumáticos, con posibilidades de que el mismo sea inmediato o a mediano plazo.

Vibración extraña en el volante: posible señal para cambiar las ruedas

En este sector ciertamente hay un amplio rango de acción, debido a que cuando se conduce es inevitable sentir un cierto nivel de vibración en el volante, y el mismo además podrá variar dependiendo del tipo de suelo al que las llantas están expuestas, o el momento del año en el que se esté realizando el recorrido.

Adicionalmente, también hay que tener en cuenta que un estado extraño de vibración que se experimente en relación a los niveles habituales también puede ser causa de un problema de alineación, balanceo o hasta de amortiguación, por lo que la verificación adicional con un taller especializado en el tema surge como una alternativa para confirmar la verdadera cercanía del próximo cambio de neumáticos.

Audi está incrementando su volumen de productos eléctricos. Ante la llegada del A3 e-tron, la marca planea lanzar dos modelos más antes de 2018, ambos modelos podrían estar destinados a ofrecer unas prestaciones superiores a lo que ahora conocemos, como el R8 e-tron.

En 2018 Audi quiere que su flota de vehículos completamente eléctricos sea más grande. El A3 e-tron ha sido el primer modelo híbrido enchufable que Audi ha lanzado al mercado. Es un pequeño pero importante paso para una compañía que hasta ahora no estaba a la vanguardia de la técnica en ese campo. Sin embargo este A3 híbrido será el primero de una larga estirpe de coches que emplee tanto la hibridación como la electrificación para moverse. Los planes pasan por desarrollar dos modelos completamente eléctricos. Estos deberían estar en producción en el 2018 y según parece serán capaces de ofrecer un nivel de rendimiento superior a lo que ahora mismo se emplea en Audi. A este respecto, siempre ha sonado la idea de un R8 eléctrico, el R8 e-tron, que después de muchas dudas parece que su proyecto sigue en marcha.

Estas deberían ser una autonomía de más de 500 kilómetros y una tracción total con claros tintes deportivos. A partir de ahí la capacidad y el ingenio de los encargados del desarrollo es límite. Para lograr tales objetivos Audi ha afirmado que piensa invertir más de 2.000 millones de euros en el desarrollo de propulsores alternativos, además de tecnologías digitales.

Mientras tanto si  necesitaras  algún que otro repuesto o recambio de tu automóvil, desde Europiezas podrás encontrar fácilmente todo aquello que busques ya sea en  recambios Barcelona  ó recambios Madrid  en nuestra gran base de datos de piezas recogidas del stock físico de nuestra gran red de empresas y desguaces asociados. Esperamos que esta información le haya sido de utilidad

¿Qué es el carburador? El carburador es el dispositivo mecánico que formaba parte de todos los motores a gasolina de los autos hasta los años 80. Su función era la de mezclar el combustible proveniente del depósito con el aire. En los motores tradicionales, el aire que necesitaba el motor era absorbido por los pistones al desplazarse hacia abajo. En primer lugar, pasaba por un filtro que eliminaba cualquier partícula, y de aquí al carburador, donde mezclado con la gasolina, pasaba a una cámara de combustión. En los motores modernos, el aire está separado de la gasolina hasta que ambos entran en la cámara de combustión, sin que exista un carburador de por medio.

Cómo funciona el carburador:  permite la mezcla de gasolina y aire en los motores antiguos, proceso que se realiza antes de pasar al colector de admisión. La gasolina pasa de la bomba a una cuba o depósito que hay en el carburador. En dicha cuba, que posee un flotador, se regula el nivel de gasolina dentro de un tubo con forma de U, y que va hasta un agujero por donde entra el aire al motor. Este agujero se llama difusor del carburador; el cual se estrecha al final haciendo que aumente la velocidad del aire en ese punto.

Al transitar rápidamente, el aire absorbe todo lo que hay a su alrededor, incluyendo la gasolina de la cuba, que mezclada con el aire, pasa a las cámaras de combustión. El difusor cuenta con una mariposa que, al abrirse, ingresa más aire del circulante y absorbe más gasolina.

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