El otoño se caracteriza por la aparición de fenómenos climatológicos adversos que nos pueden llegar a sorprender en carretera. Entre ellos se encuentran la lluvia, niebla y el hielo. Además, en otoño las noches son más largas, por lo que los riesgos de accidente pueden aumentar, al ser la conducción nocturna más peligrosa que la que se realiza por el día.
Aquí van algunos los consejos para tener el coche a punto en otoño:
Revisar las luces: Ahora que empiezan a disminuir las horas de sol, se trata de un aspecto clave en tu vehículo. Así que lo primero que debes hacer es revisar faros, luces traseras, luces de estacionamiento, luces de freno y los intermitentes. Recuerda que, además de peligroso, llevar algún faro delantero fundido supone una multa.
Luneta trasera: Comprueba que la luna térmica trasera funciona correctamente. Seguramente lleves meses sin usarla y quizá te lleves una sorpresa cuando la necesites de verdad. Si no funciona es posible que sólo sea cuestión de cambiar un sencillo fusible.
Neumáticos: Su dibujo debe tener, por seguridad y por Ley, al menos 1,6 mm de profundidad. Si es menor se recomienda cambiarlos por unos nuevos. Aún así, si tienen más de cuatro años también se aconseja sustituirlos, ya que la goma se endurece y llega a perder hasta un 60% de su eficacia.
Escobillas: comprueba que su goma no está cuarteada y que barren correctamente el parabrisas. (su vida útil máxima es de 2 años). Para alargar su uso basta con limpiarlas una vez al mes con un algodón empapado en alcohol y un trapo suave. Lo que no se puede hacer es usarlas para quitar el hielo del parabrisas. Debéis saber que durante el verano, y debido a las altas temperaturas, han podido quedar en mal estado.
Cambiar el aceite: A la hora de realizar un cambio de aceite del coche debe hacerse con el coche en frío y aparcado en llano, y después extraer la varilla que hay en el vano motor. El nivel del aceite debe estar siempre entre las marcas MÁX. y MÍN. No obstante, la mayoría de coches tienen un testigo en el cuadro de instrumentos que avisa si el nivel baja demasiado o posible averías. Por otro lado, si el motor es gasolina y ves que el aceite está muy negro sustitúyelo. En los diesel es más habitual que se oscurezca.
Batería: resulta complicado arrancar el coche en épocas de frío. Lo ideal es contar con una batería completamente cargada. Si tiene más de 5 años debes cambiarla: es su vida media y si tiene más de esa edad puede dejarte tirado cuando menos te lo esperes. Para no malgastarla y alargar su vida útil, no debes conectar la radio, las luces o la calefacción con el motor sin arrancar, ya que así se consume mucho más.
Líquido refrigerante: El líquido refrigerante se encarga de mantener el motor a una temperatura constante (entre 90º y 92º) para su correcto funcionamiento. De su buen estado dependerá que con bajas temperaturas sea posible circular con el vehículo. También es el encargado de suministrar agua caliente para la calefacción.
Para sustituirlo o reponerlo, lo que debes hacer es abrir el depósito (siempre con el motor frío) y comprobar que no existen restos de óxido y que el color del líquido es normal (verde, rosa o amarillo). Los expertos y talleres recomiendan cambiarlo cada 2 años.
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